ORACION DIARIA: Bendito Dios,
sin importar lo que pida, haz tu voluntad sobre mí.
Sólo permite que tu santo Espíritu repose sobre mí,
que mi fé no decaiga y que siga confiando en tí.
Padre bueno, en tí confía mi corazón, mi mente y mi
espíritu.
Soy de tí eternamente.
Confío en mi hogar eterno a tu lado, sé que mi nombre
está escrito en el libro de la vida.
Gracias a Jesucristo por su Sacrificio perfecto, suficiente para darme vida eterna.
Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendito sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador.
Bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre.
Bendito sea San José su casto esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.
Has venido a visitarme,
como Padre y como amigo,
Jesús, no me dejes solo.
¡Quédate señor conmigo!
Por el mundo envuelto en sombras,
Voy errante peregrino.
Dame tu paz y tu Gracia.
¡Quédate Señor conmigo!
En este precioso instante,
Abrazado estoy contigo.
Que esta unión nunca me falte.
¡Quédate Señor conmigo!
Acompáñame en la vida,
Tu presencia necesito.
Sin ti desfallezco y caigo.
¡Quédate Señor conmigo!
Dios, que es Todopoderoso, te conceda en abundancia lo que mas falta haga en tu vida humana y de fe, y te libre de todo Mal, por la potente Intercesión de María Santísima -a quien el Señor nada le niega-, en el Nombre Poderoso de Jesús. Amén.
Es una muy breve reflexión (3 minutos) sobre este admirable Misterio de Amor....
Yo no se si mi forma de pensar suene anticuada o exagerada, pero con respecto a Jesús-Eucaristía yo siempre he sido muy celoso y cauto. Si hay algo que me incomoda y molesta, es ver a la gente que no se arrodilla en la Consagración, así como también ver los Sagrarios abandonados, sucios y sin flores, o los manteles del altar arrugados y sucios.
Me molesta e incomoda también que los ornamentos sacerdotales no tengan la dignidad que deben de tener; las sotanas sucias y en la Celebración los malos lectores; las Misas a la carrera y las malas homilías, y no porque yo crea que soy el Sacerdote Ideal, sino porque el principal amor de mi vida religiosa es JESÚS en la Hostia Consagrada. El es el Centro y culmen de la Iglesia.
Nuestros templos estarían fríos como hay tantos y tantos templos sectarios; muy elegantes y bellos, pero fríos y solitarios.
Jesús quiso quedarse en medio de su Iglesia para ser el Pan de la Vida, para que nosotros tuviéramos Vida, y Vida en abundancia. En la Eucaristía nosotros nos llenamos de su fortaleza; de esa Paz que sólo Jesús da. En la Eucaristía el Señor Jesús ilumina las áreas más oscuras de nuestra vida, y quien se alimenta de la Eucaristía, necesariamente se va llenando de las virtudes de Cristo el Señor Jesús; los sentimientos de Cristo, la mirada de Cristo, y los pensamientos de Cristo.
Gran parte de los Católicos están devaluados espiritualmente y débiles, porque queremos cambiar por nuestras propias fuerzas. Se nos olvida que Jesús nos dice en el Evangelio: “el que COME de Mi Carne y bebe de Mi Sangre permanece en mí y Yo en él”.
Somos PRESA FÁCIL de esos Enemigos acérrimos de nuestra alma que son: EL MUNDO, EL DEMONIO Y LA CARNE. San Pablo nos dice que nuestra lucha es contra potestades demoníacas. Hoy el Mal está infiltrado de una manera escondida y velada, que nosotros podemos andar con él y junto a él sin darnos cuenta.
Si está enfermo, que llame a los presbíteros de la Iglesia, para que Oren por él y lo unjan con óleo en el nombre del Señor. La oración que nace de la fe salvará al enfermo, el Señor lo aliviará, y si tuviera pecados, le serán perdonados (Santiago 5, 14).
OREMOS:
Seños Jesús, gracias por las personas que atienden a los enfermos; son una prueba infinita de tu Amor.
Bendice a todos aquellos que están sirviendo con paciencia y amor, en el cuidado de la persona que está escuchando esta grabación, y a toda su familia ¡llénalos de tu Amor! ¡Llénalos de esperanza, paciencia y Sabiduría!, para que sean un pedacito de ti, Señor, para que sus manos sean tus manos sanadoras, para que todas las palabras que ellos vayan a decir al enfermo, sean las tuyas. Para que sus pensamientos, sean los que provengan de tu Espíritu Santo, y para que el amor que ellos vayan a entregar, sea el mismo que tú derramas sobre las personas que así lo necesitan.
Te pido Señor Jesús, por los familiares de los enfermos: por los hijos, los padres, las madres, los sobrinos, los tíos, las esposas, los esposos; por todos aquellos quienes por su cercanía los consideramos como de la familia. Dales Señor tu paz, dales Señor en el momento que sientan cansancio, tus fuerzas; dales Señor tu esperanza. Que sientan en este momento tu paz; que sientan la templanza de tu Divina Providencia, la paciencia para seguir y la sensibilidad para que nos sigan acompañando con amor.
Permíteles Señor celebrar con nosotros la vida que les regalas, el perdón que les ofreces y la Unción que alivia y fortalece a estos enfermos que hoy nos escuchan, y quienes en estos momentos están Orando con nosotros por aquellos quienes día a día les atienden.
A estas personas quienes están atendiendo al enfermo, Señor, que reciban tu bendición ahora, que reciban tu Amor ahora ¡QUE TE RECIBAN A TI AHORA!, y que la comunión contigo los ayude a superar juntos la enfermedad y a vivirla serenamente y con esperanza, siempre siguiendo tu Santísima Voluntad. Amén.
Espíritu Santo de Dios, Creador y Renovador de todas las cosas, de mi vida y de todos aquellos que me rodean.
Tú que renuevas la fe de esta persona que está Orando junto a mí por medio de este “cd”, y quien está pasando por una circunstancia de fe, juntos te damos gracias por esta Fuerza que en este momento recibimos por tu Gracia, por tu bondad y por nuestra fe. Espíritu Santo, tú que vivificas todo el Universo, te pedimos por la salud de esta persona que ahora te presentamos ¡Otórgale fuerza y sanidad Señor!, líbralo de toda angustia y de todo mal.
Toca en este momento con tu Fuego abrazador cada parte enferma y sánala ¡séllala con tu Sangre Preciosa de Cristo Jesús!(Si puedes querido hermano o hermana, extiende también tus manos, si no, sigue escuchando con toda tu devoción esta Oración), y en su nombre alzo mis brazos y extiendo mis manos para que quede impreso en cada mano el Sello de tu Espíritu; para que sean bendecidas grande y abundantemente y para que esas manos sean bendición para todos los que la rodean.
Marca a toda su familia con el Sello del Espíritu Santo de manera que Satanás nunca más pueda tocarlo, ni a él o ella ni a su familia.
Espíritu Santo de Dios, dale a esta persona mucha Sabiduría y entendimiento ¡llénala en este momento de tu paciencia, de tu Paz!, que nada debilite su fe; que nada ni nadie perturbe el proceso sanador que has comenzado en este hermano, en esta hermana. Que tu Sello divino Espíritu Santo de Dios, sea plasmado en este momento sobre el fiel, quien con mucha fe está realizando esta Oración, ya sea de forma directa o indirecta; sea por medio consciente o inconsciente ¡Derrámate oh Santo Espíritu de Dios! ¡Derrámate aquí y ahora!
Espíritu Santo de Dios, ilumina a cada médico que pueda estar tratando a este hermano o a esta hermana. Bendice también a cada persona que lo auxilia; dales tu Divino Consejo, dales tu discernimiento, dales tu Sabiduría, tu paciencia y tu amor. Que ellos sean un reflejo de tu divina Presencia; que sus decisiones sean las tuyas, que sus palabras sean guiadas por ti. Que todo medicamento recetado sea una bendición para mi vida y para cada día en mi proceso de sanación.
Que sea lleno de tu bondad Espíritu Santo.
Espíritu Santo de Dios, perfecciona la obra que Jesús ha comenzado en su vida; aligera sus pesares y sé Escudo. Sostenlo en tu roca firme ¡Llena este lugar con tu soplo divino Espíritu Santo de Dios! ¡Sopla sobre esta persona! ¡Sopla sobre este paciente!, llénalo de paz; llénalo de tu Presencia sanadora y lo proclamamos: ¡SANO EN EL NOMBRE DE JESÚS!
Recibe en este momento el Espíritu Santo; que la efusión de tu Espíritu de amor venga en este momento sobre él, y él lo recibe sobre su persona, sobre su familia, sobre su cuerpo, sobre su alma. Amén.
Querido hermano: tu estás enfermo pero Dios está contigo, El lo ha dicho: “Todo el que esté agobiado venga a Mi, y yo lo aliviaré”, y a Dios hermano vamos con la Oración.
Si tú estás enfermo, en tu casa, en un asilo o en el hospital y no puedes ir a la Iglesia, la Iglesia hoy se está acercando a ti a través de este CD para decirte que Dios te ama, que Dios está contigo, que Dios está viendo tus sufrimientos, y quiere liberarte por la fe.
La fe es “creer en lo que no se ve”; cree en un Dios que es espiritual, invisible, pero ahí está, con todo su Poder Sanador, con todo su Amor y su Misericordia, con todas sus Promesas para que “el que esté enfermo o agobiado venga a mi y yo lo aliviaré”, y a Dios hermano vamos con las Oraciones, y aquí estamos Orando contigo hermano.
Tú que estás en esa cama de enfermo, Dios quiere darte esperanza de que El te va a levantar de esa cama por tu fe y por su Amor y su Divina Misericordia.
No dudes hermano: cree en el gran Poder de Dios, para El no hay NADA imposible. El curó toda clase de enfermedades y va a curar también la tuya porque tu lo crees, como aquel leproso que dijo “Señor, si quieres puedes curarme”, y que esa sea tu enfermedad ahora en este momento ¡díselo a Dios! “DIOS MIO, SI QUIERES PUEDES CURARME”, y gracias Señor por escuchar esta súplica para cada enfermo que está en este momento escuchando estos Mensajes tuyos ¡Oh Señor!, porque una sola palabra tuya Señor bastará para sanarnos.
Jesús, yo confío en ti y tu me dices en tu Palabra: “Todo el que confía en mi no quedará defraudado”.
Gracias Dios mío ¡alabado seas y bendito seas!, y obedezcamos hermanos a la Palabra de Dios que nos dice: “hijo mío, si estás enfermo no te angusties, Ora y Dios te sanará”; y vete al médico también, y Ora por el médico para que no se equivoque en lo que va a hacer contigo: “Sí Padre Santo bendice al médico de este hermano, de esta hermana, ilumínalo para que sea un instrumento tuyo Dios Santo, para que este hermano pueda sanarse, curarse. Y si la ciencia dice que no hay mas nada que hacer ¡eso es para las ciencias!, no es para Dios. Dios TODO lo puede, para El no hay NADA IMPOSIBLE, lo creemos oh Señor, y que por esta fe, este hermano pueda levantarse de esa cama de enfermo, y salir a misionar, a llevar la Palabra de Dios”.
Sí hermano, prométele a Dios que con la salud recuperada, tú te vas a poner al servicio de El llevando sus Mensajes de Paz, de Amor, de fe, de sanación, de salvación a tanta gente que lo necesita. Es una buena promesa hermano: “Señor te prometo que al sanarme de esta enfermedad, voy a unirme a otros misioneros para llevar tu Palabra, en la Misión Continental Evangelizadora”.
¡Alabado sea el Señor por tantas sanaciones que ha hecho y que sigue haciendo! ¡Por tantos testimonios de sanación que se escuchan en las Misas Carismáticas! ¡Alabado sea el Señor! ¡Gloria a Dios!
Poderosa -y muy completa- Oración Carismática suplicando por CURACION FISICA Y SANIDAD INTERIOR, dirigida por el Padre Moisés Lárraga Medellín, acompañado del Ministerio de Música NACE, con Oracion en Lenguas, muy eficaz para EXORCISAR, LIBERAR, y romper todo tipo de ataduras y ataques del Enemigo; así como para rogar por la Sanación de cualquier enfermedad física y/o espiritual.
Si en casa tienes a alguien que no acepta las cosas de Dios y quieres que Dios obre en él, ponle este audio -algunos días- para que lo escuche mientras duerme.
Señor Dios, Jesús: te adoramos por los que no te adoran, esperamos por los que no esperan, pedimos perdón por los que no piden perdón.
BENDICION DE LOS CIRIOS Y VELAS:
Te recibimos Señor Jesús pidiéndote que bendigas estos cirios.
Señor Dios tu Palabra santifica todas las cosas. Por esta Palabra tuya y por el amor a tu Hijo tan amado, te pedimos que bendigas estas luces para que sean signo de tu presencia en esta alabanza de liberación, y cada vez que las encendamos en nuestras casas recibamos de ti tu protección, ayuda y amparo.
ORACION DE LIBERACION Y SANIDAD INTERIOR:
Ven Espíritu Santo ¡ven a iluminar nuestros corazones!, danos un rayo de luz para iluminar todo nuestro interior. Bendito sea el Señor ¡Santo eres Señor! ¡Gloria, gloria a tu Nombre!
( + Nos santiguamos) En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Invoco a todos los Ángeles y a los Santos. Me dirijo a ti bendita Virgen María Madre Santísima, Reina de toda la Creación: te pido tu bendición, tu protección y tu intercesión. Invoco la protección y ayuda de San Miguel Arcángel, líder de los ejércitos celestiales; de todos los Arcángeles y Ángeles. Me uno a la alabanza, adoración y gloria dada a nuestro Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Invoco en el Nombre de Jesús la bendición, protección y ayuda de todos los Patriarcas; los discípulos de Jesús, los Confesores, las vírgenes y los mártires; los Apóstoles, y de todos los Santos que han existido y que existen.
En el Nombre de Jesús entro en comunión con la Santa Iglesia de Cristo aquí presente, y la Santa Iglesia de Cristo Universal. Ratifico mi fe en el Santo Nombre de Jesús y en su Preciosa Sangre.
En el Nombre de Jesús renuncio al pecado, renuncio a Satanás y sus trabajos de maldad; me entrego totalmente a Jesucristo para la gloria de Dios.
Dios Padre Creador de los Cielos y de la Tierra, de todo lo visible y lo invisible ¡Padre amadísimo!, en unión con la Virgen María, los Ángeles y los Santos, te hablo humildemente en el Nombre de Jesús. Te exalto y te magnifico por tu Grandeza inigualable, te alabo por todas tus perfecciones y atributos; te adoro y te doy gracias por el regalo de mi vida y por permitirme estar en tu Santa Presencia ¡Padre amado! tu conoces mi intención, sabes que somos oprimidos por aquellos espíritus rebeldes que nos incitan al pecado y que nos hacen estar lejos de ti. Señor yo he pecado por mi propio deseo y te confieso mi culpa, por favor borra las huellas de mi pecado y acepta mi Oración en el Nombre glorioso de Jesús.
Señor Dios Todopoderoso: en el Nombre de Jesús te pido mi liberación y la liberación de todos los que sienten la influencia del Maligno en sus vidas, en el Santo Nombre de Jesús ¡cúbreme con tu Preciosa Sangre!, y libera a todos estos que están aquí.
Señor Dios, Supremo Rey del Universo, Padre de todos los espíritus, te alabo y te doy gracias por haberme enseñado la grandeza del Santo Nombre de Jesús. Me arrodillo en unión de toda rodilla en el Cielo y en la Tierra y debajo de la Tierra, y confieso con toda lengua que Jesús es el Señor, para la Gloria de Dios Omnipotente. Padre amado, te exalto y te alabo por tu generosidad, te exalto con la raza humana por aceptar el Sacrificio de tu amadísimo Hijo nuestro Señor Jesucristo, en reparación de todos nuestros pecados; por permitir que la Preciosa Sangre de Cristo lave nuestras almas y nos purifique de nuevo en tu Santa Imagen ¡Bendito seas Dios Padre Misericordioso! que nos has enviado a tu Hijo para que a través de su Preciosa Sangre podamos ser salvados del pecado y liberados de nuestro Enemigo el Demonio.
¡Padre amado! con el Poder del Santo Nombre de Jesús y de su Preciosa Sangre, libérame Señor de todo espíritu maligno que tenga influencia sobre mi ¡desátame Señor de las cadenas que me unen a la maldad!, y libera a todos estos hombres y mujeres que están aquí escuchando. Dios Padre Todopoderoso, en el Nombre de Jesús te pido que ganes esta batalla; tengo fe en tu Poder, alabo tu Majestad ¡exalto tu autoridad sobre el Enemigo!, confío totalmente en que tu estás haciendo este trabajo para mi salvación y la salvación de aquellos por quienes estoy rezando. Libera Señor, suspende para siempre la opresión del Enemigo ¡establece tu dominio! ¡Ahuyenta con tu Preciosa Sangre a todos tus Enemigos! ¡Revela tu Gloria Cristo!, tu has vencido al Demonio en la Cruz ¡saca al Enemigo fuera de nuestras vidas para tu honor y para tu Gloria en el Santo Nombre de Jesús! ¡Cúbrenos con tu Preciosa Sangre y libera este pueblo que está escuchando esta Oración!
Señor Jesús, me arrepiento de todos los pecados que he cometido a lo largo de mi vida, y te pido, Señor ¡perdón!; pasa por toda mi vida desde el momento de mi concepción; pasa por la vida de todos estos: sánales del amor que pudo haberles faltado ¡llénalos de tu amor! bendice a sus padres antes de su nacimiento, borra cualquier lujuria que haya habido en ellos ¡purifícalos con tu Preciosa Sangre ho Dios Omnipotente que lo puedes todo!, bendice mi vida y bendice la vida de ellos desde sus comienzos ¡bendice mi niñez y bendice su niñez!, bendice nuestra juventud. A lo largo de nuestra vida hazte presente con autoridad para liberarnos de cualquier influencia diabólica que haya perturbado o que aún esté presente en nuestras vidas ¡limpia nuestras almas para que queden limpias y blancas como la nieve!
Señor Jesús: libérame de cualquier resentimiento que lleve en mi corazón y libera a éstos que están aquí, de cualquier resentimiento contra cualquier persona; contra su familia, con cualquier persona que haya conocido a lo largo de su vida.
¡Libéralos en el Santo Nombre de Jesús y cúbrelos con tu Preciosa Sangre!
Sáname Señor y sánalos a ellos de cualquier resentimiento que lleven en contra tuya por habernos sentido ofendidos con nuestro destino, el cual es tu Santa Voluntad. En tu Santo Nombre cúbrenos con tu Preciosa Sangre ¡Señor Jesús, vengo humildemente ante tu Cuerpo Crucificado y ante esta Hostia Consagrada!, ahí en esa Cruz donde tu recibiste todas las consecuencias de nuestro pecado, nuestras enfermedades, nuestras debilidades y la muerte. Señor Jesús en tu Santo Nombre humildemente imploro tu Misericordia, y te pido por los méritos de tu Pasión, agonía y muerte; por los méritos de las penas del Inmaculado Corazón de María, que sanes, que me sanes y no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia. Señor Jesús, tu eres el mismo ayer, hoy y siempre; en tu Santo Nombre glorioso te pido que pases tu mano santa, sanando sus dolencias y ungiéndolos con tu Espíritu. Tu conoces sus problemas, sáname Señor y sana a todos estos que están escuchando mi Oración.
Señor Jesús, tu eres el Dios que nos sana: hoy me despojo de mis enfermedades y los despojo de sus enfermedades en tu Santo Nombre y te (las) entrego a ti en tu Santo Nombre para que dispongas de acuerdo a tu Misericordia.
No sea mi voluntad sino la tuya; has tu trabajo Señor para la Gloria del Santo Nombre de Jesús ¡sáname Señor Jesús por el Poder de tu Nombre! ¡Sánanos Señor Jesús por los méritos de tus Santas Heridas! ¡Sánanos Señor por los méritos de tu Preciosa Sangre! ¡Derrama sobre este pueblo el Poder de tu Sangre!
Señor yo no soy digno que entres a mi, pero una palabra tuya bastará para sanar mi alma. Pongo toda mi confianza en ti porque tú tienes el Poder de sanarme, porque eres nuestro Dios Misericordioso con caridad inigualable, porque me amas y has traído tu salvación a mi casa. Gracias Señor por tu Santo Nombre.
Señor Jesús, lávame con el hisopo y quedaré limpio. ¡Virgen María por tu intercesión gracias! Padre, Hijo y Espíritu Santo. Rocíame Señor con el hisopo y quedaré limpio, lávame y quedaré mas blanco que la nieve.
ASPERSION DE AGUA BENDITA O EXORCISADA (el Padre lo iba cantando mientras rociaba el agua, por eso algunas partes están repetidas):
Que esta agua bendita Señor purifique a tu pueblo, santifique a tu pueblo, libere a tu pueblo.
“Misericordia Dios mío por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava del todo mi delito y limpia mi pecado, pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado, contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón, en el juicio brillará tu rectitud, mira que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría; rocíame con el hisopo y quedaré limpio, lávame y quedaré mas blanco que la nieve. Por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava mi delito, limpia mi pecado, yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, contra ti solo pequé, cometí la maldad que aborreces. En la sentencia tendrás razón, en el juicio brillará tu rectitud, mira que en la culpa nací, pecador me concibió mi madre.
Los sacrificios no te satisfacen, si te ofreciera un holocausto tu no lo querrías, tu lo que quieres es un corazón contrito y humillado. A un corazón quebrantado Señor tú nunca lo desprecias. Por tu inmensa compasión borra mi culpa, lava mi delito, limpia mi pecado, pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Rocíame con el hisopo y quedaré limpio, lávame y quedaré mas blanco que la nieve.”
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su Nombre es Santo, su Misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo, dispersa a los soberbios de corazón; derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes; a los hambrientos los colma de bienes, a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo acordándose de su Misericordia, como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIONES CONTRA EL MALEFICIO (del ritual griego):
Señor oh Soberano de los siglos Omnipotente y Todopoderoso; tú que lo has hecho todo y que lo transformas todo con tu Santa Voluntad; tú que en Babilonia transformaste en rocío la llama del horno 7 veces más ardiente, y que protegiste y salvaste a tus 3 niños Santos; tú que eres doctor y médico de nuestras almas. Tu que eres la salvación de aquellos que se dirigen a ti, te pido y te invocamos ¡has vana, expulsa, y pon en fuga a toda potencia diabólica!; toda presencia y maquinación Satánica, toda influencia maligna y todo maleficio o mal de ojo de personas maléficas y malvadas, realizados sobre tu siervo y sobre estos siervos tuyos. Has que en cambio de la envidia y el maleficio, obtengan abundancia de bienes, fuerza, éxito y caridad. Tu Señor que amas a los hombres, extiende tu mano poderosa y tus brazos altísimos y potentes y ¡ven a socorrer y a visitar estas pobres imágenes tuyas, mandando sobre ellas el Ángel de la Paz!, fuerte y protector de sus almas y de sus cuerpos, que mantendrá alejado y expulsará cualquier fuerza malvada; todo envenenamiento y hechicería de personas corruptas y envidiosas, de modo que debajo de ti, tu suplicante protegido siervo te cante con gratitud: “El Señor es mi salvador y no tendré temor de lo que pueda hacerme el hombre. No tendré temor del mal porque tú estás conmigo. Tu eres mi Dios, mi fuerza, mi Poderoso Señor”.
Señor de la Paz, Padre de los siglos futuros, si Señor Dios nuestro ¡ten compasión de tu Imagen y salva a tu siervo de todo daño! ¡Salva a este pueblo de toda amenaza procedente del maleficio y protégelo!, protégelo por encima de todo mal, por la intercesión de la más que bendita y gloriosa Señora, la Madre de Dios y Siempre Virgen María; de los resplandecientes Arcángeles y de todos tus Santos.
ORACION CONTRA TODO MAL:
Espíritu del Señor ¡Espíritu de Dios! Padre, Hijo y Espíritu Santo, Santísima Trinidad Inmaculada; Ángeles, Arcángeles y Santos del Paraíso, descended sobre mi y sobre este pueblo. Fúndeme Señor, modélame, lléname de ti y utilízame. Dame fuerza y poder para poder expulsar de toda persona la fuerza del Mal. Cubre a tu siervo con el Poder del Altísimo para que pueda liberar a este pueblo.
Expulsa de mí todas las fuerzas del mal, aniquílalas, destrúyelas, para que yo pueda estar bien y hacer el bien. Revísteme con la armadura de la fe, lléname con la fuerza de tu Espíritu, lléname con el fuego de tu amor para que pueda liberar a estos hijos tuyos. Expulsa de ellos y de mi los maleficios, las brujerías, la magia negra, las misas negras, los hechizos, las ataduras, las maldiciones y el mal de ojo; la infestación diabólica, la posesión diabólica y la obsesión y perfidia; todo lo que es mal, pecado...
...la envidia y los celos; la enfermedad física, psíquica, moral, espiritual y diabólica.
Quema todos estos males en el infierno, para que nunca más me toquen a mí ni a ninguno de estos que están aquí.
Ordeno y mando con la fuerza de Dios omnipotente, en el Nombre de Jesucristo el Salvador, y por la intercesión de la Virgen Inmaculada, a todos los espíritus inmundos, a todas las presencias que me molestan y que los molestan, que nos abandonen inmediatamente, que abandones a todos los que están aquí definitivamente y que se vayan al infierno eterno, encadenados por San Miguel Arcángel, por San Gabriel, por San Rafael, por nuestros ángeles custodios, aplastados bajo el talón de la Virgen Santísima Inmaculada. Yo se los ordeno en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
(Se ponen de pie y uds. con sus propias palabras expulsan los demonios que creen que los atacan: del alcoholismo, de la pornografía –expúlsalos diciendo- aléjate de aquí en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo)
San Miguel Arcángel se haga presente en medio de esta asamblea, que descienda envuelto en esa llama de fuego ¡que ate y amordace a todos los espíritus malignos, que estén perturbándonos en nuestra familia, en nuestra casa, en nuestra salud, en nuestro trabajo! ¡Salgan de aquí, yo se los ordeno en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo!
PLEGARIA DE LIBERACION:
Señor Jesús, tú has venido a curar los corazones heridos y atribulados, te ruego que liberes a estos hijos tuyos:
De la angustia, la tristeza y las obsesiones, ¡Líbranos Señor!
Del odio, la fornicación y la envidia ¡Líbranos Señor!
de la pornografía, la lujuria y el adulterio ¡Líbranos Señor!
de la miseria, del hambre y de la peste ¡Líbranos Señor!
de todo desorden de sexualidad ¡Líbranos Señor!
de la homosexualidad ¡Líbranos Señor!
del orgullo, la soberbia y la mentira ¡Líbranos Señor!
del aborto ¡Líbranos Señor!
del resentimiento ¡Líbranos Señor!
de la tristeza ¡Líbranos Señor!
de la depresión ¡Líbranos Señor!
Señor Dios Espíritu Santo, Espíritu de Dios, el Padre y el Hijo; amor del Padre y amor del Hijo divino que sostiene el Universo. Dios Todopoderoso y Omnipotente que llenas la Creación con tu Santa Presencia, escúchame en el Nombre de Dios, del Padre y del Hijo, y bendíceme con tu amor. El Santo Nombre de Jesús cubra esta asamblea en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Señor Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, en compañía de la Virgen María, de los Ángeles y de los Santos te bendigo y te alabo, te doy gracias y te glorifico porque hoy me has liberado!
(Alabanza al Señor)
Aléjate de aquí Satanás ¡trágate tu propio veneno!, yo te lo ordeno, en el Nombre de las Llagas de mi Señor Jesucristo y del Inmaculado Corazón de María, porque al Nombre de Jesús toda rodilla se dobla en el Cielo, en la Tierra y los abismos, y toda lengua proclama que Jesús es el Señor.
(Alabanza al Señor)
(Todos los que se quieran liberar en este momento de la opresión del alcoholismo hágase una + Cruz en la boca)
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, ato y amordazo el espíritu maligno del alcoholismo y lo envío a los pies de Jesucristo ¡quedas atado y amordazado al los pies de Jesucristo el Señor, y no regreses mas a estos que se han hecho la Cruz!
Todos los que se quieran liberar de la droga y del tabaquismo, hágase una Cruz en la boca. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (y pasa al frente a dejar –deshacerse- de su droga, cigarros, fetiches, amuletos).
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Dice la Palabra de Dios: “Vi a Satanás desplomarse desde el cielo como un rayo”
Amén Señor Jesús.
(Canto: “Jesús es el Señor”)
ORACION POR CURACION FISICA DE LOS ENFERMOS:
Bendito seas Señor ¡alabado seas Señor! Señor Jesús ya nos has sanado del alma, ahora te pedimos que nos sanes del cuerpo. Padre Santo, Padre bueno, Padre Misericordioso ¡sea tu Nombre bendito de generación en generación!, tu eres el Alfa y el Omega, el principio y el fin. No se mueve ni la hoja de un árbol si tú no lo quieres.
Padre, tu Hijo Jesucristo nos dijo que todo lo que te pidiéramos en su Nombre tu nos lo concederías, hoy en el Nombre Glorioso de tu Hijo te pedimos por estos enfermos. Permítele a tu Hijo que los sane y que los toque ¡gracias Padre bueno, bendito seas!
Señor Jesús: creo que estás aquí presente en el Santísimo Sacramento del altar; hoy quiero pedirte mi Señor, por tu vida, Pasión y muerte; por tu gloriosa resurrección y ascensión a los Cielos, por la venida del Espíritu Santo, por tus 5 preciosas llagas, por el Poder de tu Sangre, por las lágrimas de María Santísima, que sanes a estos enfermos y que los toques, y que queden sanos según la Voluntad de Jesucristo el Señor.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La Iglesia también recomienda, además de las Oraciones y Sacramentos, las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia OFRECIDOS en favor de los difuntos.
LA TREMENDA REALIDAD DEL PURGATORIO:
(Creamos o no, lo queramos o no. Es Providencia Divina: Existe.)
Hay pasajes bíblicos que hablan muy claramente sobre la realidad del Purgatorio. Uno de ellos, y tal vez el principal, es cuando el Apóstol San Pablo nos habla sobre el día del Juicio y sobre qué pasará con aquellas personas que tuvieron fe y sirvieron a Dios, pero que su obra no fue tan buena, él lo explica así:
A)Las acciones -buenas o malas- es lo único que decidirá nuestro destino:
"Un día se verá el trabajo de cada uno. Se hará público en el día del juicio, cuando todo sea probado por el fuego. El fuego, pues, probará la obra de cada uno. Si lo que has construido resiste el fuego, será premiado. Pero si la obra se convierte en cenizas, el obrero tendrá que pagar. Se salvará pero no sin pasar por el fuego" (1 Corintios 3, 13-15)
Esto es precisamente el Purgatorio, una purificación que algunos necesitaremos para poder disfrutar plenamente de la amistad Eterna con Dios.
Así está escrito en todas la Biblias del mundo, en palabras muy similares. A esta realidad que la Sagrada Escritura nos muestra le llamamos purgatorio=purificación.
Que esta palabra no venga en la Biblia no nos interesa, pues tampoco viene la palabra "Trinidad" ni "Encarnación" y el protestante las acepta.
Lo que importa no es la palabra, sino la realidad de lo que significa, y en ese aspecto el Purgatorio está muy claro en la Sagrada Escritura.
B) En el Cielo no entrará nada manchado:
La existencia del Purgatorio es una consecuencia lógica de la Santidad de Dios, pues si Él es el tres veces Santo (Is 6,3) o sea la plenitud de la Santidad y Perfección, entonces quienes estén junto a Él también deben de serlo (Mt 5,48), por eso, quien es fiel a Dios, pero no se encuentra en un estado de Gracia Plena a la hora de morir, no puede disfrutar del Cielo porque la misma Biblia dice que en la Ciudad Celestial:
"No puede entrar nada manchado (impuro)" (Ap 21,27)
Entonces, si un cristiano no puede entrar al Cielo por tener alguna mancha o impureza, ni tampoco sufrir el Castigo Eterno, es claro que tendrá que 'pagar' en esta vida o en la otra. Esto está escrito en la Biblia:
"Al que calumnie al Hijo del Hombre se le perdonará; pero el que calumnie al Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro" (Mt 12,32).
"Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo". (Mt 5,26)
C) Nosotros podemos Expiar por los difuntos: ... "él tenía presente la magnífica recompensa que está reservada a los que mueren piadosamente, y este es un pensamiento santo y piadoso. Por eso, mandó ofrecer el sacrificio de expiación por los muertos, para que fueran librados de sus pecados". (2 Macab 12,45)
El Purgatorio como estado temporal de purificación fue creído desde el principio por los primeros cristianos que destacaron por su fe y santidad y a los cuales se les llama 'Padres de la Iglesia', conozcamos lo que dijeron algunos de ellos sobre este tema:
* Año 211. Tertuliano: "Nosotros ofrecemos sacrificios por los muertos..."
* Año 307. Lactancio: "El justo cuyos pecados permanecieron será atraído por el fuego (purificación)..."
* Año 386. Juan Crisóstomo: "No debemos dudar que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo...
* Año 580. Gregorio Magno: "Respecto a ciertas faltas ligeras, es necesario creer que, antes del juicio, existe un fuego purificador..."
Más que un lugar físico, es un estado de vida temporal para la persona que muere en Gracia de Dios pero imperfectamente purificada, y donde, mediante el sufrimiento, la Iglesia Purgante se purifica para disfrutar plenamente de la Presencia de Dios.
El caso del malhechor al que Jesús le dice que estará con él en el Paraíso, nos muestra que esa purificación en el sufrimiento algunos la tendrán aquí, y otros la tendrán en la otra vida como lo menciona San Pablo (1 Cor 3, 13-15).
Cualquier persona que haya amado a un ser querido y que por alguna circunstancia la deja de ver por una temporada sabe del sufrimiento de no poder disfrutar por un tiempo del amor de esa persona. Sabe que está viva, que lo ama y que lo volverá a ver, pero al no tenerlo plenamente cerca experimenta alegría y a la vez un dolor y deseo de tenerlo cerca por siempre, cara a cara. Algo similar, pero de mayor intensidad y forma será la 'PURIFICACION'.
Lamentablemente, cuando muchos hermanos protestantes dicen que el Purgatorio es un invento de la Iglesia, simplemente lo dicen porque desconocen lo que la Biblia y la historia nos dice sobre ese aspecto, ¡qué gran sorpresa se llevarán si les toca entrar en él!
Muchos de ellos se salieron de la Iglesia Católica sin conocer la Biblia y ahora siguen allá igual, sin conocimiento de la misma. La leen mucho, pero la entienden poco.
Lo peor es que el Católico no la entiende nada, porque ni siquiera la lee. Qué increíble. Ya es tiempo de corregir esto.
Esta decisión le toca solo a Dios, pero nosotros podemos empezar a purificarnos de la siguiente manera:
a) Llevar VIDA SACRAMENTAL: Confesarnos (vivir en Gracia de Dios permanentemente), y Comulgar (diariamente de ser posible)
b) Orar diariamente (de preferencia integrarse a algun grupo de Oracion), sin olvidar el REZO DIARIO del Rosario. La intercesión de María es Potente!
c) Leer y Meditar la Palabra de Dios (al menos un versículo diariamente)
d) Corregir todo lo que no va de acuerdo con la Voluntad de Dios; romper lazos con pecados repetitivos, hacer las paces con el prójimo (empezando por la familia), y esforzarse por llevar una vida santa (pedirle a Dios que El ya nos vaya santificando, desde aqui en este mundo) ... EN EL OCASO DE NUESTRAS VIDAS, SEREMOS JUZGADOS EN EL AMOR (San Juan de la Cruz)
NOVENA POR LOS FIELES DIFUNTOS:
DIA PRIMERO:
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICION (para todos los días): ¡Señor mío, Jesucristo!, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser tu quien eres, y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberte ofendido; también me pesa porque puedes castigarme con las penas del Infierno. Ayudado de tu Divina Gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amen.
Señor mío Jesucristo, que quieres que tengamos suma delicadeza de conciencia y santidad perfecta: te rogamos nos la concedas a nosotros; y a los que por no haberla tenido se están purificando en el Purgatorio, te dignes aplicar nuestros sufragios y llevarlos pronto de aquellas penas al Cielo. Te lo pedimos por la intercesión de tu Madre Purísima y de San José.
Oración Final y Responsorio:
OH María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el Purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su Gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo Bendito.
OH glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del Purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia nuestros pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dales, Señor, el descanso eterno, y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro y Ave María.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas. V. Descansen en paz.
R. Amén. V. Señor, oye nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el Purgatorio, sino que mandes que tus Santos Ángeles las tomen y las lleven a la Patria del Paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del Purgatorio, sino que posean los Gozos Eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz.
R. Amén.
DIA SEGUNDO:
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICION (como día primero)
Señor mío Jesucristo, que eres cabeza de todos tus fieles cristianos que en ti nos unimos como miembros de un mismo cuerpo que es la Iglesia: te suplicamos nos unas más y más contigo y que nuestras oraciones y sufragios de buenas obras aprovechen a las ánimas de nuestros hermanos del Purgatorio, para que lleguen pronto a unirse a sus hermanos del Cielo.
Oración Final y Responsorio:
OH María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el Purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su Gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo Bendito.
OH glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del Purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia nuestros pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dales, Señor, el descanso eterno, y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro y Ave María.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas. V. Descansen en paz.
R. Amén. V. Señor, oye nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el Purgatorio, sino que mandes que tus Santos Ángeles las tomen y las lleven a la Patria del Paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del Purgatorio, sino que posean los Gozos Eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz.
R. Amén.
DIA TERCERO:
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICION (como día primero)
Señor mío Jesucristo, que a los que pecan castigas con Justicia en esta vida o en la otra: concédenos la Gracia de nunca pecar y ten misericordia de los que, habiendo pecado, no pudieron, por falta de tiempo, o no quisieron, por falta de voluntad y por amor del regalo, satisfacer en esta vida y están padeciendo ahora sus penas en el Purgatorio; y a ellos y a todos llévalos pronto a su descanso.
Oración Final y Responsorio:
OH María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el Purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su Gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo Bendito.
OH glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del Purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia nuestros pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dales, Señor, el descanso eterno, y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro y Ave María.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas. V. Descansen en paz.
R. Amén. V. Señor, oye nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el Purgatorio, sino que mandes que tus Santos Ángeles las tomen y las lleven a la Patria del Paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del Purgatorio, sino que posean los Gozos Eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz.
R. Amén.
DIA CUARTO:
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICION (como día primero)
Señor mío Jesucristo, que exiges la penitencia aún de los pecados veniales en este mundo o en el otro: danos temor santo de los pecados veniales y ten misericordia de los que, por haberlos cometido, están ahora purificándose en el Purgatorio, y líbralos a ellos y a todos los pecadores de sus penas, llevándoles a la Gloria Eterna.
Oración Final y Responsorio:
OH María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el Purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su Gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo Bendito.
OH glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del Purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia nuestros pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dales, Señor, el descanso eterno, y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro y Ave María.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas. V. Descansen en paz.
R. Amén. V. Señor, oye nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el Purgatorio, sino que mandes que tus Santos Ángeles las tomen y las lleven a la Patria del Paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del Purgatorio, sino que posean los Gozos Eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz.
R. Amén.
DIA QUINTO:
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICION (como día primero)
Señor mío Jesucristo, que a los regalados en esta vida, que no pagaron por su culpa o no tuvieron bastante caridad con el pobre, castigas en la otra con la penitencia que aquí no hicieron: concédenos las virtudes de la mortificación y de la caridad y acepta misericordioso nuestra caridad y sufragios, para que por ellos lleguen pronto a su descanso Eterno.
Oración Final y Responsorio:
OH María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el Purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su Gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo Bendito.
OH glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del Purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia nuestros pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dales, Señor, el descanso eterno, y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro y Ave María.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas. V. Descansen en paz.
R. Amén. V. Señor, oye nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el Purgatorio, sino que mandes que tus Santos Ángeles las tomen y las lleven a la Patria del Paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del Purgatorio, sino que posean los Gozos Eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz.
R. Amén.
DIA SEXTO:
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICION (como día primero)
Señor mío Jesucristo, que quisiste que honrásemos a nuestros padres y parientes y distinguiésemos a nuestros amigos: te rogamos por todas las ánimas del Purgatorio, pero especialmente por los padres, parientes y amigos de cuantos hacemos está novena, para que logren el descanso Eterno.
Oración Final y Responsorio:
OH María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el Purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su Gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo Bendito.
OH glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del Purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia nuestros pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dales, Señor, el descanso eterno, y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro y Ave María.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas. V. Descansen en paz.
R. Amén. V. Señor, oye nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el Purgatorio, sino que mandes que tus Santos Ángeles las tomen y las lleven a la Patria del Paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del Purgatorio, sino que posean los Gozos Eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz.
R. Amén.
DIA SEPTIMO:
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICION (como día primero)
Señor mío Jesucristo, que a los que no se preparan a tiempo para la muerte, recibiendo bien los últimos Sacramentos y purificándose de los residuos de la mala vida pasada, los purificas en el Purgatorio con terribles tormentos: te suplicamos, Señor, por los que murieron sin prepararse y por todos los demás, rogándote que les concedas a todos ellos la Gloria y a nosotros recibir bien los últimos Sacramentos.
Oración Final y Responsorio:
OH María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el Purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su Gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo Bendito.
OH glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del Purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia nuestros pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dales, Señor, el descanso eterno, y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro y Ave María.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas. V. Descansen en paz.
R. Amén. V. Señor, oye nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el Purgatorio, sino que mandes que tus Santos Ángeles las tomen y las lleven a la Patria del Paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del Purgatorio, sino que posean los Gozos Eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz.
R. Amén.
DIA OCTAVO:
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICION (como día primero)
Señor mío Jesucristo, que a los que vivieron en este mundo demasiado aficionados a los bienes terrenales y olvidados de la Gloria, los retienes apartados del Premio, para que se purifiquen de su negligencia en desearlo: calma, Señor misericordioso, sus ansias y colma sus deseos, para que gocen pronto de tu Presencia, y a nosotros concédenos amar de tal manera los bienes Celestiales, que no deseemos desordenadamente los terrenos.
Oración Final y Responsorio:
OH María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el Purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su Gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo Bendito.
OH glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del Purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia nuestros pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dales, Señor, el descanso eterno, y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro y Ave María.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas. V. Descansen en paz.
R. Amén. V. Señor, oye nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el Purgatorio, sino que mandes que tus Santos Ángeles las tomen y las lleven a la Patria del Paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del Purgatorio, sino que posean los Gozos Eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz.
R. Amén.
DIA NOVENO:
Por la señal de la Santa Cruz, etc.
ACTO DE CONTRICION (como día primero)
Señor mío Jesucristo, cuyos méritos son Infinitos y cuya bondad es inmensa: mira propicio a tus hijos que gimen en el Purgatorio anhelando la hora de ver tu Faz, de recibir tu abrazo, de descansar a tu lado y; mirándolos, compadécete de sus penas y perdona lo que les falta para pagar por sus culpas. Nosotros te ofrecemos nuestras obras y sufragios, los de tus Santos y Santas; los de tu Madre y tus méritos; haz que pronto salgan de su cárcel y reciban de tus manos su libertad y la Gloria Eterna.
Oración Final y Responsorio:
OH María, Madre de misericordia: acuérdate de los hijos que tienes en el Purgatorio y, presentando nuestros sufragios y tus méritos a tu Hijo, intercede para que les perdone sus deudas y los saque de aquellas tinieblas a la admirable luz de su Gloria, donde gocen de tu vista dulcísima y de la de tu Hijo Bendito.
OH glorioso Patriarca San José, intercede juntamente con tu Esposa ante tu Hijo por las almas del Purgatorio.
V. No te acuerdes, Señor, de nuestros pecados.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dirige, Señor Dios mío, a tu presencia nuestros pasos.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego. V. Dales, Señor, el descanso eterno, y luzca para ellos la luz eterna.
R. Cuando vengas a purificar al mundo en fuego.
Padrenuestro y Ave María.
V. De la puerta del infierno
R. Saca, Señor, sus almas. V. Descansen en paz.
R. Amén. V. Señor, oye nuestra oración.
R. Y llegue a ti nuestro clamor.
Oremos: Oh Dios mío, de quien es propio compadecerse y perdonar: te rogamos suplicantes por las almas de tus siervos que has mandado emigrar de este mundo, para que no las dejes en el Purgatorio, sino que mandes que tus Santos Ángeles las tomen y las lleven a la Patria del Paraíso, para que, pues esperaron y creyeron en ti, no padezcan las penas del Purgatorio, sino que posean los Gozos Eternos. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
V. Dales, Señor, el descanso eterno.
R. Y luzca para ellos la luz perpetua. V. Descansen en paz.
R. Amén.
OBRAS Y DEVOCIONES POR LAS BENDITAS ANIMAS DEL PURGATORIO:
La piedad con los difuntos es uno de los primeros sentimientos del corazón humano, cuando se está persuadido de que el alma vive después de la destrucción del cuerpo –dice un profundo escritor- cualquiera que sea la opinión que se tenga sobre el estado en que ésta se halle después de la muerte, no hay cosa más natural que hacer votos y Oraciones para proporcionar felicidad a las almas de nuestros parientes y amigos.
Aquellos mismos que por sus principios parecen más prevenidos contra tal uso, muchas veces confiesan sinceramente no poderse detener en aquellos graves momentos, de hacer votos secretos, que la misma naturaleza arranca de sus pechos, por aquellas personas con quienes estaban estrechamente unidos con dulces y caros vínculos.
Señal evidente de que este es un sentimiento grabado por el dedo de Dios en el corazón de los hombres; he aquí por qué se encuentra en todo lugar y en todos los pueblos del mundo.
Pero las tradiciones más veneradas y más puras de la piedad con los difuntos se hallan en los pueblos que adoran al Dios Vivo. Porque la verdadera Religión trató siempre de acercar las almas de los que finaron, a la Fuente de toda felicidad, que es Dios; para hacerlas bienaventuradas en Él y por Él. De lo cual provino, el que por medio de Oraciones y Sacrificios, procurasen hacer propicio al Todopoderoso para con aquellas, y con obras expiatorias tratasen de hacerlas dignas ante su Divina Presencia. – Y efectivamente, estos son los dos modos empleados en la Santa Iglesia para socorrer a los difuntos: Hacer propicio al Señor con las almas, y hacer las almas dignas de Él; lográndolo por la Oración y el Sacrificio, y por las obras expiatorias en favor de las Animas Benditas.
EXISTENCIA DEL PURGATORIO:
Es un artículo de fe, que las almas de los que mueren con alguna culpa venial, o sin haber satisfecho plenamente a la Justicia Divina por los pecados ya perdonados, están detenidas en un lugar de expiación, que llamamos Purgatorio.
Así lo enseña la Santa Madre Iglesia, columna infalible de la verdad; así lo confirma la más antigua y constante tradición de todos los siglos; así lo aseguran unánimemente los Santos Padres griegos y latinos, Tertuliano, San Cirilo, San Cipriano, San Juan Crisóstomo, San Ambrosio, San Agustín y tantos otros; así lo han definido los Sagrados Concilios de Roma, de Cartago, de Florencia, de Letrán y de Trento, dirigidos por el Espíritu Santo.
Y, aunque la Iglesia no lo enseñase así; ¿no lo insinúa bastante la razón natural? Supongamos que un alma sale de este mundo, con alguna culpa venial, ¿qué hará Dios? ¿la lanzará al infierno? Y siendo su hija y esposa amadísima, ¿la confundirá con los réprobos y espíritus infernales? Eso repugna a la Justicia y Bondad Divina.
¿La introducirá en el Cielo? Esto se opone igualmente a la Santidad y Pureza infinita del Creador; pues solo aquel cuyas manos son inocentes, y cuyo corazón está limpio, subirá al monte del Señor, nada manchado puede entrar en aquel reino purísimo ¿Qué hará, pues Dios de aquella alma? Ya nos lo dice por Malaquías: La pondré como en un crisol, esto es, en un lugar de penas y tormentos, de donde saldrá hasta que haya satisfecho a la Justicia Divina.
¿Crees tú esto, cristiano? Creas o no creas, te burles o no te burles de ello, la cosa es y será así. Negar el Purgatorio; tan solo dudar advertidamente de su existencia, es ya pecado grave. ¿Crees tu esta verdad, y con tanta indiferencia miras tan horribles penas?
¿Crees en el Purgatorio y con tus culpas amontonas tanta leña para arder en tan terrible fuego? Es, también, un artículo de fe que nosotros podemos aliviar a aquellas almas afligidísimas. Si; en virtud de la Comunión de los Santos, hay plena comunicación de bienes espirituales entre los bienaventurados que triunfan en el Cielo, los cristianos que militan en la tierra, y las almas que sufren en el Purgatorio.
En virtud de esta comunidad de bienes, podemos con mucha facilidad y mérito nuestro, bajar al Purgatorio con nuestros sufragios; y a imitación de Jesucristo después de su muerte, librar aquellas almas y alegrar al Cielo con un nuevo grado de gloria accidental, procurando nuevos príncipes y moradores a aquella Patria felicísima.
¡Oh admirable disposición de la Sabiduría Divina! ¡Oh qué dicha y felicidad la nuestra!, viéndose Dios obligado a castigar a aquellas sus hijas muy amadas, busca medianeros que intercedan por ellas, a fin de conciliar así el rigor de la Justicia con la ternura de su Misericordia infinita.
Y nosotros somos estos dichosos medianeros y corredentores; de nosotros depende la suerte de aquellas pobres almas.
Haz pues, amado cristiano, con fervor, algún sufragio en cada día de este mes consagrado a las Ánimas; ¿Quién sabe si abrirás el Cielo a alguno de tus parientes o amigos ya difuntos? ¿Y serás tan duro e insensible, que les niegues un pequeño sacrificio, pudiéndoles hacer tan gran favor, y a tan poca costa?
OBRAS A FAVOR DE LAS ALMAS
(Práctica sencilla para cada día)
Pueden rezarse 5:
Padre nuestros,
Ave Marías
y “Requiem aeternam dona eis, Domine; et lux perpetua luceat eis” (dales Señor el descanso eterno, y brille para ellos la Luz perpetua), en memoria de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo; suplicando al Eterno Padre que se apiade de las Benditas almas por la Sangre que derramó su Divino Hijo, diciendo 5 veces la siguiente:
JACULATORIA: ¡Eterno Padre, por la Preciosísima Sangre de Jesús, Misericordia!
(También añádase un Padre nuestro por los Propagadores de esta Devoción).
Dios estima mucho el que hagamos sufragios por las Benditas Ánimas del Purgatorio:
Entre las muchas apariciones que confirman el dogma del Purgatorio, y los aceptos que son a Dios los sufragios por los difuntos, es muy notable la que tuvo el caudillo ilustre de los ejércitos de Dios, Judas Macabeo.
Había este piadoso general derrotado a Gorgias, mas no sin pérdida de varios soldados suyos, que murieron en la batalla; y conociendo por las alhajas que se les encontraron ocultas en los vestidos, que habían muerto en castigo de un robo que habían hecho en la ciudad de Jamnia, exhortó al ejército a que rogasen por aquellos infieles. Hizo una cuestación, y reuniendo doce mil dracmas de plata, las envió a Jerusalén para que se ofreciesen sacrificios en sufragios de aquellas pobres almas.
Conducta admirable que el Espíritu Santo alabó con aquellas memorables palabras: “Es pues, un pensamiento santo y saludable el rogar por los difuntos, a fin de que sean libres de las penas de sus pecados” (2º de los Macab. 12-46). Conducta que le alcanzó de Dios una insigne victoria, pues habiendo sucedido a Gorgias el soberbio Nicanor con crecidísimo ejército y gran número de caballos y elefantes, la víspera, cansado Judas de combinar el plan de batalla, y de hacer preparativos para ella, se quedó dormido; cuando he aquí que se le aparecen el profeta Jeremías, y Onías el Sumo Sacerdote: ya difuntos, y presentándole una espada muy preciosa, le dicen: Recibe esta espada santa, como una dádiva que Dios te envía; con ella abatirás a los enemigos de mi pueblo Israel.
Animado con esta visión, y armado con esta espada divina, embistió con un pequeño ejército al enemigo y mató a 35’000 entre ellos al mismo Nicanor.
OBRAS DE GRAN ALIVIO PARA LAS BENDITAS ANIMAS DEL PURGATORIO, Y DE MUCHO MERITO PARA NOSOTROS:
1º Hacer todos los años la Novena, en el mes de Noviembre: consagrarles el lunes de cada semana,
2º Celebrar Misas o mandarlas celebrar y oírlas,
3º Comulgar con fervor, ya espiritual, ya sacramentalmente, sobre todo los lunes,
4º Visitar el Santísimo Sacramento o a la Virgen en sus Santuarios,
5º Hacer un rato de Oración mental, considerando con especialidad la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo,
6º Andar al Vía Crucis y llevar al cuello algún Escapulario,
7º Rezar el Santo Rosario, la Corona de los Dolores, los Salmos Penitenciales, cinco Padre nuestros a las 5 llagas de Jesucristo nuestro Señor y otras Oraciones vocales,
8º Sufrir con resignación las penas, humillaciones, dolores y trabajos de esta vida,
9º Practicar alguna mortificación corporal y refrenar los cinco sentidos,
10º Hacer limosnas y otras piadosas obras de Misericordia,
11º Olvidar las injurias y perdonar a los enemigos por amor de Dios,
12º Ganar indulgencias: aprender la Doctrina Cristiana.
EN EL SIGUIENTE ENLACE TE REGALO UN LIBRO EN PDF (SAQUENNOS DE AQUI es de testimonios o Revelaciones a María Simma, vidente de las almas del Purgatorio que venían a ella frecuentemente, con permiso expreso de la Madre de Misericordia. El libro tambien se llama "AYUDENOS A SALIR DE AQUI" y lo puedes comprar en librerías católicas).